La doctrina de la prosperidad siempre me ha parecido una curiosidad digna para un análisis bastante profunda (cosa que yo no tengo ni el tiempo, ni las habilidades necesarias para inmiscuirme en los pormenores del lavado de cerebro a gran escala que ella ofrece). Igualmente (y en lo personal) lo que, en lo particular a mí se refiere, me llama mucho más la atención como los seguidores (y no sus principales promocionadores) que alaban con bombos y platillos este tipo de ideología destructiva, son los más llorones sufridores de las consecuencias que tienen las prácticas que llevan adelante. El alumno regular de la doctrina de la prosperidad, siempre está llorando porque no tiene dinero (o no le alcanza) mientras por otro lado intenta convencer a todo incrédulo que anda suelto de que, Jesús es el camino… pero ellos son el peaje. Claramente esto no te lo dicen, pero se nota a leguas de que debe ser su slogan oculto de “visión empresarial”.
Esta clase de sectas religiosas son así, son muy celosa de sus métodos, o se cumplen al cien por cien o no se pueden llevar adelante. En general, estos grupos sectarios viven alegando que son los únicos en la senda correcta y todo el resto del universo, está velado por no haber sido iluminados desde el cielo para utilizar las herramientas adecuadas para los últimos tiempos.
En mi caso particular, tardé casi un año en darme en cuenta pero al final lo hice, es que tengo talento (digo ‘soy lento’) pero… algunas luces todavía brillan en mi cabeza y de vez en cuando, alguna neurona hace sinapsis para que pueda entender la revelación de lo que sucede en mi entorno. De cómo se burlaban de mi a mis espaldas
Yo fui partícipe necesario de la doctrina de la prosperidad promocionándola a diestra y siniestra, siendo líder dentro de una congregación que abrazaba la secta destructiva llamada “Visión G12” patrocinada por la Misión Carismática Internacional con sede en Bogotá, Colombia. Mientras estuve allí, la defendí con todos los recursos posibles. Por un momento de mi vida, hice de la doctrina de la prosperidad y de las herramientas de crecimiento de “la Visión”, mi forma de vida aunque jamás fui más próspero en ningún área de mi existencia.
Tengo la certeza que al día de hoy, muchas personas con buenas intenciones se encuentran atrapadas, aunque no sean conscientes de ello, en este tipo de sectas. Seguramente cayeron en esta trampa, presos de alguna necesidad que los estaba consumiendo. Te entran por el talón de Aquiles como quien dice. Conmigo lo hicieron así y no dudo de la buena fe de algunas personas amorosas que tuve la posibilidad de conocer en aquellos cultos de domingo por la mañana en Mar del Plata, donde se predica de todo, EXCEPTO sana doctrina. Aquellos domingos de reunión se basaban principalmente en reforzar los puntos de vista de la “visión” como herramienta meramente comercial para poder ganar esto o aquello y es que el G12 tiene sus bases no en la Biblia sino que en Wall Street conviertiéndote no un miembro de un cuerpo, sino en un simple cliente al que le han lavado el cerebro. No existe ni por casualidad, en estas iglesias, un buen estudio bíblico porque este ha sido reemplazado por el estudio de los libros “iluminados” del “pastor” Castellanos en la “Universidad de la Vida”, “Capacitación Destino” “La escalera al éxito” y demás yerbas
¡Los únicos que verdaderamente prosperan económicamente bajo este sistema son las mentes detrás de la “visión”, su familia y su más cercano entorno!
En mi caso particular, tardé casi un año en darme en cuenta pero al final lo hice, es que tengo talento (digo ‘soy lento’) pero… algunas luces todavía brillan en mi cabeza y de vez en cuando, alguna neurona hace sinapsis para que pueda entender la revelación de lo que sucede en mi entorno. De cómo se burlaban de mi a mis espaldas
Yo fui partícipe necesario de la doctrina de la prosperidad promocionándola a diestra y siniestra, siendo líder dentro de una congregación que abrazaba la secta destructiva llamada “Visión G12” patrocinada por la Misión Carismática Internacional con sede en Bogotá, Colombia. Mientras estuve allí, la defendí con todos los recursos posibles. Por un momento de mi vida, hice de la doctrina de la prosperidad y de las herramientas de crecimiento de “la Visión”, mi forma de vida aunque jamás fui más próspero en ningún área de mi existencia.
Tengo la certeza que al día de hoy, muchas personas con buenas intenciones se encuentran atrapadas, aunque no sean conscientes de ello, en este tipo de sectas. Seguramente cayeron en esta trampa, presos de alguna necesidad que los estaba consumiendo. Te entran por el talón de Aquiles como quien dice. Conmigo lo hicieron así y no dudo de la buena fe de algunas personas amorosas que tuve la posibilidad de conocer en aquellos cultos de domingo por la mañana en Mar del Plata, donde se predica de todo, EXCEPTO sana doctrina. Aquellos domingos de reunión se basaban principalmente en reforzar los puntos de vista de la “visión” como herramienta meramente comercial para poder ganar esto o aquello y es que el G12 tiene sus bases no en la Biblia sino que en Wall Street conviertiéndote no un miembro de un cuerpo, sino en un simple cliente al que le han lavado el cerebro. No existe ni por casualidad, en estas iglesias, un buen estudio bíblico porque este ha sido reemplazado por el estudio de los libros “iluminados” del “pastor” Castellanos en la “Universidad de la Vida”, “Capacitación Destino” “La escalera al éxito” y demás yerbas
¡Los únicos que verdaderamente prosperan económicamente bajo este sistema son las mentes detrás de la “visión”, su familia y su más cercano entorno!
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