domingo, 27 de noviembre de 2022

UN MUNDIAL PARA NO VER



Mucho se habla y poco se hace con respecto al entorno de la actual copa mundial de la FIFA que se está jugando en Catar. Un claro ejemplo es lo idiotizada que están muchas personas.

Nos jactamos cómo sociedad civilizada de promover los derechos humanos, los derechos que tienen las personas por el simple hecho de serlo, sin distinción de origen étnico, generó, orientación sexual, etc.

¿Cómo es posible que un evento deportivo que debería ser un ejemplo de fraternidad y promotor de la tolerancia se esté jugando en un país cómo Catar? ¿Cómo es posible qué muchos con su silencio sean cómplices de las aberrantes situaciones con una cultura cómo la de un país así (que no es el único por cierto)?

Desde mucho antes de la inauguración del mundial se saben de los escándalos de corrupción que salpican a la FIFA con la elección de las sedes, pero esto en realidad no me sorprende mucho. Una corporación multinacional que ha hecho de un hermoso deporte cómo es el fútbol, un gigantesco negociado.

El país anfitrión de la actual copa del mundo es la más clara demostración del poder económico y de la división de clases. En verdad por aquellas tierras o eres millonario o estás en la miseria total. Un gobierno y una forma de ver la vida que, para poder intentar organizar la infraestructura de todo lo que necesita un evento deportivo de grandes dimensiones, ha promovido lo más parecido a la esclavitud que he escuchado en el mundo moderno, la mayoría con trabajadores importados y donde nadie te va a defender de las barbaridades que hacen.

Catar, al igual que tantos otros países donde la religión tiene un peso fundamental dentro de la toma de decisiones, es uno de esos lugares donde las mujeres son igual a una "cosa", un "objeto" que se mueve solo porque la lleva el viento. O sea, no hay diferencias entre una mujer y una hoja que se cae de un árbol.
 
Es terrible y verdaderamente lamentable cómo muchas de ellas, que se autodenominan defensoras de los derechos de la mujer contra la opresión de la barbarie del machismo (visto en periodistas argentinas) ahora te estén mostrando el estilo de vida de lujo, que se lleva en las partes millonarios de Doha, pero hagan silencio stampa cuando es bien conocido la situación de las mujeres en esa clase de países y alaben la "cultura" catarí. Es bien sabido que una mujer que es violada en los países donde el islam es la religión de estado es condenada a latigazos y prisión por haber tenido sexo fuera del matrimonio (puedes ver una nota relacionada aquí) ¿Acaso esta aberración no nos hace sentir nada? ¿Y qué tal las minorías con diversas orientaciones sexuales que son condenadas a muerte?

Voy, pero no comparto. La doble moral del primer mundo.

Una de las cosas más absurdas que he visto, fueron los métodos de protesta de los países "ejemplos" que tanta admiración generan por estas tierras. Desde el (intento de) diseño de las camisetas de algunos países, la pose tapándose la boca de una selección en la foto grupal antes de su partido o las grabaciones para la tribuna desde una cuenta de alguna red social. La plata mueve al mundo y ninguna de las federaciones que integran la FIFA se levantó en serio. En una expresión bien nuestra, digamos que solo se ha visto lo "vende humo" y cómplices que son. Desde el que se pone la bandera LGBT en el pecho, pero le hace el juego a la mafia de la FIFA hasta el que dice que hay que amoldarse a las reglas del dueño de casa. Igual, siempre fue así ¿Cuántos protestaron por Argentina 1978? 

Aquí en Argentina, uno prende la televisión pública (una empresa que vos si sos argentino o residente en nuestro país y yo, pagamos con nuestros impuestos) y no se puede creer el movimiento y gastadero de dinero detrás que hay solo para venderte el circo del mundial. Y no es solo una crítica al oficialismo, porque en mi propia ciudad (Mar del Plata), donde lidera un gobierno de la oposición, también se colgaron del entrenamiento momentáneo con una pantalla gigante en la playa, mientras mucha gente no tiene para llagar a fin de mes.

No me quiero ir por las ramas y hablar de las absurdas cosas que se hacen localmente (ya les llegará el tiempo).

Durante el primer partido de Argentina todo el comentario era lo que había sucedido frente a Arabia Saudita (otro que Catar). Se hablaba de la vergüenza de haber perdido con un equipo sin tradición futbolística cómo Brasil o Alemania, pero la verdad que un papelón no es una derrota meramente deportiva. Vergüenza es que se esté avalando con las acciones haciendo la vista ciega o los oídos sordos a lo que realmente importa.

Me gusta como a muchos argentinos el fútbol, pero yo no puedo consumir este mundial que se hace un lugar que va en contra de todo lo que creo.

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