MOMENTOS DE NOSTALGIA
Líneas se entrelazan en un suspiro,
el eco de la tristeza en mi pecho susurra,
versos oscuros, con melancolía, escribo,
en un rincón solitario, mi alma se oculta.
La soledad, cruel compañera del silencio,
me envuelve en sus brazos, sin compasión,
me arrastra al abismo, sin un aliento,
donde los suspiros se pierden en la oscuridad.
Pérdidas que marcan mi piel y mi alma,
como cicatrices en el ocaso de mi ser,
me hunden en un mar de tristeza y calma,
donde el naufragio se vuelve mi querer.
La realidad, fría y despiadada,
me golpea con su crudeza sin piedad,
ilusiones rotas, promesas olvidadas,
me desgarra el corazón con su verdad.
Y en medio de esta maraña de angustia,
el mar, testigo mudo de mi desesperación,
me llama con su voz llena de dulzura,
sus olas susurran mi nombre en canción.
Me adentro en su abismo, en busca de olvido,
la sal del mar borra mi rastro en la arena,
las lágrimas se funden con el infinito,
y en sus brazos encuentro la paz serena.
En el océano azul, encuentro mi refugio,
donde el dolor se disuelve en la inmensidad,
me entrego al abrazo del mar con desatino,
y en su seno encuentro mi libertad.
Aunque mi pluma triste dibuje estos versos,
no olvides, amigo, que hay una luz que brilla,
siempre habrá esperanza, aunque hoy no la veas,
recuerda que la vida, en su esencia, es bella.
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