viernes, 16 de octubre de 2020

BUENAS INTENCIONES... MALOS CONSEJOS


El mundo de la internet está lleno de consejos. Nadie niega las buenas intenciones que hay detrás de algunos, pero como no puede ser de otra manera, una gran cantidad de ellos son realmente malos por no decir lamentables.

Hace algunos días, mientras navegaba por uno de los tantos grupos de huertas que hay por Facebook, me topé con una publicación que de inmediato llamó mi atención y que decía (cita textual) "Por favor si comes frutas, no tires las semillas, déjalos secar y guárdalos en una bolsita. Cuando salgas a la ruta tirarlos donde no hay árboles, lo demás lo hará la madre naturaleza. Dicen que en Malasia, Tailandia y otros países, adoptaron esa idea y ahora hay árboles frutales por todos lados. No seamos la excepción!!!" La imagen es un texto que se ha mantenido invariable a lo largo de varios años acompañado de una imagen con semillas de algún árbol cítrico

 Básicamente hay que tener en cuenta que detrás de este pésimo consejo, se esconden dos posibilidades. La primera es que no logremos nada haciendo esta actividad. Cada árbol (de frutos comestibles o no) necesita condiciones específicas de tipos de suelo, condiciones climáticas, etc. para que la semilla pueda germinar correctamente y así a la larga, formar un árbol sano que pueda sobrevivir en el entorno donde ha sido plantado. Por el otro lado existe el peligro de introducir especies exóticas que a la larga, si ellas tienen "éxito" nos producirán más de un dolor de cabeza. Las especies introducidas pueden volverse invasoras y competir directamente con la flora autóctona existiendo además, la chance de introducir enfermedades a nuestros propios árboles cuyas consecuencias ecológicas y económicas son incalculables.

Un buen consejo es que plantes árboles nativos de tu zona, ayudes a los polinizadores a sobrevivir y consumas productos que ayuden a la economía regional

jueves, 8 de octubre de 2020

AMIGOS


No tengo muchos amigos (de hecho nunca fui de tener muchos amigos). Mis verdaderos amigos, puedo contarlos con los dedos de una mano y tal vez, hasta me sobren algunos dedos. Igualmente ellos tienen que saber algo de mi y es que, cuando me necesiten, voy a estar al pie del cañón.

Y lo digo literalmente

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