lunes, 1 de mayo de 2023

UNA VICTORIA CON SABOR A POCO


Durante muchos años, en Argentina se han registrado casos de organizaciones coercitivas que han causado daños irreparables en la vida de sus seguidores y en la sociedad en general. La Ley Nacional de Prevención y Sanción de la Trata de Personas y Asistencia a sus Víctimas, sancionada en 2008, abarcó también la temática de las sectas, pero no fue suficiente. Es necesario seguir trabajando en la elaboración y aprobación de una ley antisectas específica para proteger a la población de estos grupos peligrosos.

Hace unos años, en mi amada ciudad de Mar del Plata, una organización coercitiva ligada al Movimiento Carismático Internacional operaba sobre la Av. Edison. Los vecinos sufrían por los ruidos y las actividades que se llevaban a cabo en el lugar, pero lo peor era la terrible manipulación que esta organización ejercía sobre sus miembros. Sin embargo, gracias a Dios, esta organización dejó de existir y el barrio recuperó la paz y la tranquilidad que merecía. En su lugar, se construyó un restaurante italiano que ha sido muy bien recibido por los vecinos. Además de las prácticas coercitivas y manipuladoras, esta organización coercitiva también enseñaba la terriblemente famosa "doctrina de la prosperidad", promoviendo la idea de que la riqueza material es un signo de bendición divina. Sin embargo, los vecinos del barrio donde operaban sabían que eran todo lo contrario a una bendición, y que su presencia sólo causaba daño.

No obstante, esta victoria no es completa como a mí me gustaría, ya que la organización solo se trasladó a un nuevo lugar no muy lejano. A pesar de la preocupación y la atención que se ha prestado al tema de las sectas en Argentina, aún no contamos con una ley antisectas específica que permita erradicar estas organizaciones de nuestras ciudades y proteger a la población de sus prácticas abusivas y manipuladoras.

La falta de una ley antisectas específica también puede hacer que estas organizaciones se sientan impunes y no teman a las consecuencias de sus acciones. Muchas veces, las víctimas de las sectas no denuncian por miedo a represalias o por el temor a ser estigmatizadas, por lo que se hace necesario que exista un marco legal que garantice la protección de sus derechos y su integridad.

Por todo ello, es importante que se trabaje en la aprobación de una ley antisectas que permita a las autoridades tomar medidas efectivas para prevenir la creación y el funcionamiento de organizaciones destructivas en nuestro país. Es necesario proteger a la sociedad de los peligros que representan estos grupos y brindar apoyo a las víctimas para que puedan recuperar su vida y su bienestar.

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