24 de abril. Hoy se conmemora en Argentina el "Día de Acción por la Tolerancia y el Respeto entre los Pueblos" en concordancia con un nuevo aniversario del Genocidio Armenio.
Antes que nada, quiero dejar en claro que hablo desde el amor, desde el cariño profundo que tengo hacia la gente de Armenia y su lucha histórica. Porque el pueblo armenio es uno de los más antiguos del mundo, con una rica cultura, tradiciones y una historia que ha sido marcada por el dolor y la resistencia. Como argentino, me siento muy orgulloso de que nuestro país haya sido uno de los primeros en reconocer el genocidio armenio como tal. Este gesto de solidaridad y reconocimiento por parte de nuestro país, es un ejemplo a seguir para el resto del mundo.
Y es que hace más de un siglo, en 1915, el Imperio Otomano, liderado por los Jóvenes Turcos, llevó a cabo un acto de barbarie que todavía hoy sigue siendo negado y minimizado por el Estado turco. Durante años, han negado la existencia de este genocidio, que se cobró la vida de más de un millón y medio de armenios. Pero no hay duda de que fue un hecho real, sistemático y planificado, que buscó la eliminación total de los armenios como pueblo.
Los armenios fueron deportados en masa, asesinados a sangre fría, torturados y violados. Fueron víctimas de un odio racial que no tenía límites, que no distinguía entre hombres, mujeres, ancianos o niños. Y todo esto fue llevado a cabo con la complicidad y el apoyo del Estado turco.
A pesar de que han pasado más de cien años, todavía hoy el pueblo armenio sigue luchando por la verdad, la justicia y el reconocimiento de este genocidio. Y es nuestro deber, como ciudadanos del mundo, apoyar esta lucha y exigir que se haga justicia.
Es hora de que la comunidad internacional condene el actuar y la negación por parte del Estado turco en su responsabilidad en este genocidio. Es hora de que se exija una reparación histórica y moral para el pueblo armenio. Y es hora de que se reconozca públicamente este crimen de lesa humanidad y se honre la memoria de las víctimas.
Por eso, hoy quiero rendir un homenaje a todas las víctimas del genocidio armenio. A los hombres y mujeres, jóvenes y ancianos, que perdieron la vida de forma cruel e inhumana. A los que fueron desplazados de sus hogares, a los que sufrieron la violencia y el dolor. A todos ellos, mi más profundo respeto y admiración.
Y quiero pedirles a todos ustedes, a los que me están leyendo, que se sumen a esta lucha. Que levanten su voz en defensa del pueblo armenio y exijan la verdad y la justicia. Que apoyen las iniciativas y las acciones que buscan honrar la memoria de las víctimas y exigir la reparación y el reconocimiento que se merecen.
Porque este genocidio no puede ser olvidado ni minimizado como continuamente pretende la propaganda turca. No podemos permitir que la historia se repita y que los crímenes de odio y discriminación queden impunes. Es nuestro deber como ciudadanos del mundo defender los derechos humanos y luchar contra la injusticia y la impunidad. Por eso reitero, hoy quiero invitarlos a sumarse a esta lucha. A conocer más sobre el genocidio armenio, a escuchar la voz de los sobrevivientes y sus descendientes, a apoyar las iniciativas que buscan hacer justicia y reconocer este crimen de lesa humanidad.
Juntos podemos lograr que el pueblo armenio reciba la reparación y el reconocimiento que se merece. Juntos podemos construir un mundo más justo y solidario, en el que nunca más se repitan los horrores del genocidio armenio.
¡Viva Armenia!
Autor de la imagen: https://commons.wikimedia.org/wiki/User:Aschroet


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